La Handheld Auto Race de Mattel es una consola de videojuegos portátil lanzada en 1976. Se considera una de las primeras consolas de videojuegos portátiles de la historia, y su diseño se asemeja a una calculadora electrónica con botones y una pantalla LCD.

El juego que se incluía en la consola era muy sencillo: el jugador controlaba un coche que se movía hacia la derecha en una pista, y tenía que evitar chocar con otros coches que iban apareciendo en la pantalla. El objetivo era llegar lo más lejos posible sin chocar, y la dificultad del juego aumentaba a medida que se avanzaba.

A pesar de su simplicidad, la Handheld Auto Race de Mattel fue un gran éxito en Estados Unidos y en otros países, y se vendieron millones de unidades en todo el mundo. La consola fue muy popular en la década de 1970 y se convirtió en un icono de la cultura pop de la época.

La Handheld Auto Race de Mattel también fue importante porque sentó las bases para el desarrollo de consolas de videojuegos portátiles más avanzadas en el futuro. Su diseño compacto y portátil inspiró a otras compañías a crear consolas similares, y su éxito demostró que había un mercado para los juegos portátiles.